Los orishas: un parte fundamental de la santeria yoruba

La santería yoruba es la religión predominante en Cuba y cuenta con una gran presencia en Brasil. Esta se trata de una religión bastante interesante que cuenta con historias y personajes que vale la pena conocer.

Una de la parte más importante de esta religión son los orishas, estos son el equivalente a los santos en la religión católica. Y, en el día de hoy, quiero hablarte un poco más sobre ellos.

¿Qué son los Orishas?

Las deidades, o dioses, adorados en las religiones cubana yoruba Lucumí/Santería y brasileña Candomblé y Umbanda se llaman Orishas. Todos ellos son representantes de Olodumare, el Ser Supremo, que colocó a los Orishas en la Tierra para ayudar y supervisar a la humanidad. Los orishas son mediadores entre el reino humano y el espiritual, y son la principal fuente de comunicación con el Ser Supremo.

Originalmente, en Yoruba -la región cultural del pueblo yoruba en África occidental que abarca la actual Nigeria, Togo y Benín- se adoraba a muchos orishas. Aunque muchos orishas sobrevivieron a la trata transatlántica de esclavos, algunos se perdieron. Debido a la esclavitud, los orishas que sobrevivieron tuvieron que adaptarse para asegurar su supervivencia.

En Cuba y Brasil, a través del sincretismo católico, muchos orishas se asociaron con santos católicos. Como resultado, los orishas fueron y siguen siendo denominados “Santos” en ambos países. Además, debido a la historia de cada país, existen ciertos Orishas en Brasil que ya no se practican en Cuba, por ejemplo Oxumaré.

Cada Orisha está relacionado con algún aspecto de la naturaleza y está a cargo de algún elemento de la existencia humana. Los Orishas representan todas las cualidades de lo divino, pero también tienen un carácter humano. Cada Orisha tiene sus gustos y disgustos, elekes (cuentas de oración) y números específicos. Los atributos humanos de los orishas desempeñan un papel muy importante en el desarrollo y la continuidad de la religión. Dado que tienen virtudes y defectos como los humanos, los practicantes son capaces de relacionarse con sus Orishas profundamente, creando así un vínculo entre la deidad y el devoto que se basa en una relación personal y en la identificación con un Orisha.

Los 3 orishas más importantes de la religión yoruba

Eleggúa

Como mensajero, Eleggúa abre y cierra todos los actos religiosos. Se le encuentra en las encrucijadas y esquinas, en el mar y en el río, en la puerta de nuestras casas. Eleggúa -también deletreado Elegúa, Elewa, Elegba o Legba- fue el primer orisha creado por Olodumare y es la clave en toda práctica religiosa. Elegguá está en todas partes y siempre presente. Representa y vive entre el bien y el mal y observa todo lo que ocurre en la vida, para informar a Olorún.

Yemayá

Yemayá, es una de las Orishas más poderosas que podemos encontrar en el panteón yoruba. Madre universal por excelencia, Yemayá/Iemanjá es la Orisha de la maternidad y la reina del mar y de todos sus habitantes. Es considerada como la madre de todos los seres vivos, así como también la dueña de las aguas. Ella dio a luz a las estrellas, la luna, el sol, el mundo, y la mayoría de los propios Orishas. Yemaya es todas las aguas del mundo, y por ello tiene muchos aspectos, o caminos, cada uno de los cuales refleja la naturaleza de las diferentes masas de agua. Es el espíritu patrono de las mujeres, especialmente de las embarazadas, y da vida en todos los sentidos.

Ochún

Patrona de Cuba, Ochún es la diosa del amor y la felicidad. Esta orisha es también la hermana menor de Yemayá. Puede ser encontrada en las aguas dulces, como ríos, cascadas y lagos. Ella, ama las cosas buenas de la vida y se destaca por su sensualidad. Ochún también es considerada como la guardiana de la sensualidad humana, la delicadeza, el amor y la feminidad.

Esta es la más joven de las Orishas, se dice que cuando Olodumare terminó de crear la Tierra, se dio cuenta que faltaba algo, eso era amor y dulzura. Así que creó a Ochún, la orisha del amor, y su poder seductor se encuentra todas las mujeres del mundo. Al vivir en el río y en las aguas dulces, presenta todas las características del agua dulce: es viva, chispeante y refrescante.

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